es ese anhelo que sigue molestando cuando ya tenemos todo lo material. Los psicológos lo llaman el hambre metafísica. Es el sentido de la nada que persiste cerca del centro de la existencia humana. Somos impulsados por un deseo que las cosas visibles no pueden satisfacer. Las soluciones fáciles que nos prometieron libertad, paz y felicidad nos han dejado con más hambre que antes, o tan desilusionados que no confiamos más en ninguna promesa. Algunos escritores se refieren a nuestros tiempos como la
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